Una discusión constante en el mundo del cine es acerca de qué películas clasifican como arte y cuáles no. En algunos casos, se llega a la conclusión de que el cine de autor es aquella rama de la cinematografía que se puede considerar como la más artística. Muchas veces, al entrar en este debate, las personas olvidan que, a fin de cuentas, el cine es una industria y como todas las industrias, busca generar ganancias. Seguramente, tú tendrás una opinión acerca de ello.

En pocas palabras, el cine de autor es aquel que las personas suelen llamar “cine de arte”, donde el director o directora suelen tener todo el peso de las decisiones creativas de su película, porque buscan compartir su visión particular del mundo. Pero, esto es más sencillo entenderlo con un ejemplo: cuando una gran productora desea hacer una cinta épica para lanzar durante el verano, trabaja en el concepto y busca a una persona que se adecúe a sus necesidades para ocupar la dirección, a uno o varios guionistas, cinematógrafos, etc., que le funcionen para su concepto. En caso de que, de pronto, el o la directora ya no le sirva a dicha casa productora, es más sencillo buscar a alguien nuevo y que siga con el proyecto. Un caso claro son las películas de Marvel, donde es el estudio el que tiene la última palabra lo que se verá o no se verá en pantalla, y quien decide qué miembros del equipo se van o se quedan. Es algo así como una película por encargo, donde el fin último es diseñar un producto que agrade y que genere ingresos para poder continuar produciendo.

Por el otro lado, en el cine de autor, el creador tiene la completa libertad para expresar sus ideas durante la producción fílmica (aunque, por supuesto, quienes ocupen el cargo de producción siempre tendrán que dar un visto bueno; por suerte, muchas veces, los mismos directores y directoras ocupan el cargo, para así tener un mayor rango al momento de guiar su historia por buen camino). Ejemplos de grandes personalidades del cine de autor son Sofia Coppola o Lars Von Trier.

En el cine de autor, se acostumbra que quien dirige, sea también quien se encargue de escribir el guion, aunque no es una regla. Puede que el o la directora tengan a un escritor o escritora de cabecera que conozca muy bien su visión, con quien logran construir la película “perfecta”.

Dependiendo de a quién le preguntes, el mundo del cine también está plagado de opiniones divididas sobre el cine de autor: si realmente es bueno, quiénes lo realizan o, incluso, si realmente debería ser considerado una categoría. Independientemente de opiniones, hoy traemos para ti una lista de películas de cine de autor (y también del cine de culto) que quizá no has visto y que no tenías ni idea que querías ver.

Rash?mon (1950). Dir. Akira Kurosawa.

Quizá alguna vez hayas escuchado el nombre de Akira Kurosawa en alguna parte. Con una prolífica producción cinematográfica, que abarca cinco décadas, Kurosawa es un referente para muchos directores contemporáneos como Francis Ford Coppola, George Lucas, Steven Speilberg o Quentin Tarantino.

En Rash?mon (basada en el cuento de Ry?nosuke Akutagawa), este director japonés explora los distintos puntos de vista en torno a un crimen, permitiendo que el espectador forme sus propias conclusiones al encontrarse con una serie de personajes variopintos e interesantes.

Esta película, que tuvo varios problemas para ser aceptada por los estudios de la época, generó la técnica del efecto Rash?mon, que ha sido utilizada por una infinidad de directores en la historia del cine.

Trilogía de la Venganza (2002 a 2005). Dir. Park Chan-Wook.

Si te gustó la maestría demostrada por Bong Joon-ho en Parasite (2019), quizá quieras darle una oportunidad a más películas del cine coreano. Si es así, Park Chan-Wook y su Trilogía de la Venganza son tu opción ideal. Compuesta por  Sympathy for Mr. Vengeance (2002), Oldboy (2003) y Sympathy for Lady Vengeance (2005), esta entrega explora lo que sucede cuando el ser humano sigue su instinto vengativo. Quizá hayas escuchado de la versión estadounidense que se hizo de Oldboy hecha por Spike Lee. Por más buen director que pueda ser Spike Lee, su versión no se compara con la original.

Advertencia: Si crees que el clímax de Parasite fue exagerado, entonces tal vez prefieras intentar con una película mucho menos sangrienta del mismo director, titulada I'm a Cyborg, But That's OK (2006). Si te gusta Amélie (2001), entonces esta te encantará.

Climax (2018). Dir. Gaspar Noé.

El director Gaspar Noé es mundialmente conocido por su atrevimiento al momento de explorar a sus personajes. Este director argentino no teme mostrar las distintas facetas lascivas del ser humano, desde la sexualidad hasta las adicciones.

En Climax, Gaspar Noé va un paso más allá en las historias como El Ángel Exterminador (1966), donde los personajes se ven forzados a permanecer en un espacio por circunstancias que el espectador tiene que ir descubriendo. En este caso, el argentino combina la experiencia del encierro con LSD y miembros de la escena artística.

El trabajo de cámara de Benoît Debie (con quien Gaspar Noé trabajó en Irreversible y Enter the Void), que construye la película en una sola toma, ayuda a que el espectador sienta los mismos efectos que los participantes de la fiesta en pantalla. ¿Cómo? Tendrás que verla para descubrirlo.

Ladri di biciclette (1950). Dir. Vittorio De Sica.

La moralidad cuestionable del ser humano suele ser un tema recurrente en el cine de autor.

En esta obra del neorrealismo italiano, Vittorio De Sica nos sitúa en Roma, durante el periodo de posguerra, y nos presenta a una familia que encuentra un rayo de esperanza en la ola de desempleo que azota a la ciudad. Tras sufrir un robo que pone en peligro su nuevo trabajo, Antonio, nuestro personaje principal, se enfrenta a distintas situaciones que lo hacen enfrentarse todavía más a la realidad de la Roma en la que vive. Ladrón de Bicicletas, por suerte o por desgracia, es una película que no ha perdido su contemporaneidad.

The Cook, the Thief, His Wife & Her Lover (1989). Dir. Peter Greenaway.

Visualmente, El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante ya es todo un deleite. El director, Peter Greenaway, comenzó su formación como pintor, lo que lo ayuda a percibir el espacio en planos de una manera distinta a como lo haría cualquier otro miembro del gremio cinematográfico que comenzó con una cámara en sus manos.

En esta película, Greenaway explora no solo las posibilidades teatrales y pictóricas del cine, con un juego de cámara que te hará sentir viendo un cuadro en movimiento, sino también los límites de la decencia humana, apoyándose en la maravillosa actuación del actor británico  Michael Gambon, de Helen Mirren, Richard Bohringer y Alan Howard.


Si te quedas con ganas de más luego de ver estas recomendaciones, quizá también quieras explorar la obra de los ya mencionados Sofia Coppola y Lars Von Trier, además de cintas como Anomalisa (2015), Mr. Nobody (2009), Les quatre cents coups (1959), Tangerine (2015), Taxi Téhéran (2015) o À peine j'ouvre les yeux (2016).